Análisis literario #2
Titulo de la obra: caramelo verde
Autor: Fernando Ampuero
Genero: narrativo
Especie: novela
Idea principal:
- Carlos Morales es despedido de su empleo y reclutado como cambista
- Carlos y Mabel sostienen un romance apasionado
- Carlos asesina a Mabel debido a una confusión
- Morales pierde el dinero en el naufragio
- Los cambistas eran una pantalla para un negocio de narcotráfico
- Mabel deja inconsciente a Carlos y se lleva el dinero
- Mabel mata a la vieja Sofía
- Carlos pierde la fortuna en el rio
- Carlos escapa de la casa donde estaba capturado
Idea secundaria:
- Carlos conoce a Roberto un mulato bien enterado de todo
- Mabel y Carlos tienen varias conversaciones sobre la posibilidad de dejar ese tipo de vida
- Carlos sufre un robo y es salvado por unas prostitutas
- Carlos tiene un sueño muy raro
- Roberto le ase un préstamo a Carlos de 800 dólares
- Carlos se vuelve maestro de la tribu ashánincas
- Carlos se reencuentre con su compañero Bill Davis
- Santiago Hinojosa se presenta ante Carlos
Personajes:
Principales:
- Carlos morales
- Mabel
- La vieja
- López
Secundarios:
- los del narcotráfico
- Roberto
- Las prostitutas
Resumen:
Carlos Morales, el protagonista, es un joven que, al perder su trabajo, termina, por azar, trabajando de cambista en el centro de Lima. No le lleva mucho tiempo estar en su nuevo “trabajo” para darse cuenta de que el negocio de la compra y venta de dólares es una simple fachada para ocultar el verdadero negocio: el lavado de dólares, en el que están envueltos empresarios, políticos, oficiales del cuerpo policial, terroristas, narcotraficantes y empleados de banco, entre muchos otros. Carlos, no sin dificultades, aprende que él es una pequeña e insignificante pieza dentro de un tablero de cuyo juego no puede escapar.
La historia está narrada por Carlos mismo, quien termina oculto en la selva amazónica como maestro en una escuela de niños asháninkas, escapando de la “justicia” oficial y a la vez huyendo de la tortura y posterior muerte que le infligirían los que controlan el negocio del lavado de dólares. En la superficie, sin embargo, la suya es una historia de amor frustrado.
Después de pocos días de empezar a trabajar como cambista, Carlos recibe una oferta de su jefe (López) que siente que no puede desechar: un departamento en el que podrá vivir a una cuadra de su centro de operaciones. Se entera muy pronto que el edificio está prácticamente bajo control de la mafia del lavado de dólares. La anciana que provee los dólares para las operaciones de López vive en el mismo edificio y Carlos se enamora perdidamente de Mabel, la empleada doméstica de esta anciana.
La vida romántica con Mabel sólo le ocasiona contratiempos a Carlos. Mabel es una muchacha ambiciosa que, habiendo perdido todo sentido de responsabilidad o de juicio moral, quiere lograr su propósito –viajar a los Estados Unidos – sin que importe cómo. Con mucha destreza, Mabel planea el asesinato de la anciana, le roba casi medio millón de dólares en efectivo, y no tiene escrúpulos en dejar a Carlos como el primer sospechoso del crimen. Mabel desaparece llevándose los dólares en su mochila. Los socios del lavado de dinero torturan a Carlos para obtener información de Mabel, pero él en realidad no sabe nada sobre su paradero. Ampuero, de modo irónico, hace que Carlos pueda escapar de su cautiverio porque sus vigilantes se dedican a ver el partido de la selección femenina de voleyball: “Concluí que, a lo mejor, mi magnífica fuga se debía al carácter nacional. Al rasgo genérico – aunque esta vez jugando a mi favor – de la más lamentable peruanidad. A la desidia, a la apatía, a la inveterada ineficiencia. ¿Mis captores se entretenían viendo el partido?” (102)
Carlos decide emprender la búsqueda de Mabel y de un modo que resulta casi inverosímil, la encuentra en una playa de la costa norte, en preparación
para huir a través de la frontera, y realizar su sueño de llegar a los Estados Unidos. Mabel le asegura a Carlos que lo esperaba y que siempre fue su intención la de dejar el país con él. Señala, no obstante, que estaba consciente de que, en el proceso, Carlos podía morir.
Carlos decide esperar con Mabel a que ella complete los trámites para la partida de ambos. Una noche en la que finge dormir, observa que Mabel sale de modo misterioso de la casa, llevando su mochila con el dinero. Decide seguirla, y al instante hay una explosión que destruye la casa. Carlos concluye que Mabel planeó deshacerse de él. A pesar de que Mabel niega que tuviera ese plan, Carlos la mata, sorprendiendo de manera significativa a los lectores. No hay nada en la novela que nos prepare para aceptar como natural el hecho de que Carlos pueda matar a alguien. Quizá este acto revele una de las ideas más importantes de la novela: todos son/somos corrompibles y la posibilidad de convertirse en asesino no debe ser totalmente ajena para nadie. Carlos parece probar esto cuando huye después de matar a Mabel, no sin recoger la mochila con el dinero.
Sabiendo que los “jefes” del lavado de dólares lo persiguen, Carlos decide cruzar la frontera por la selva, y emprende camino hacia el oriente. Tras unas cuantas peripecias, sufre un naufragio en el que pierde el dinero de la mochila, y por poco pierde también la vida. Lo salvan unos nativos asháninkas, que a su vez huyen de las huestes de Sendero Luminoso, quienes los quieren forzar a ingresar al grupo terrorista. Al final, Carlos acepta que su salida del país sería un suicidio, y opta por quedarse en la selva con los asháninkas. Con respecto a Mabel, termina diciendo “me sentía resignadamente un idiota que había entrado en la vida de Mabel como quien se equivoca de puerta. Y ahora estaba pagando ese descuido” (87).
Comentario:
Caramelo verde es una apasionada historia de amor y ambición. Carlos Morales, un cambista de dólares de los años ochenta, conoce a Mabel, una chica arisca y sensual. Este romance, en la atmósfera violenta de las calles de Lima, desata en ambos un sombrío desasosiego. Humor amargo, ritmo trepidante y lenguaje lacónico son los ingredientes básicos de un relato tenso, y por momentos febril, cuyas vicisitudes y vitalidad expresiva ponen al desnudo el atormentado espíritu de una época.
Moraleja:
Que como vieron, no hay que confiarse de las personas más cercanas ni de su propia sombra porque el día menos pensado te clavan un puñal en la espalda
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